No podemos dejar de abordar el tema del trasvase de Rio Grande al Atuel. No solo porque es parte del proyecto “hundido” de Portezuelo del Viento, sino porque es el único rio no regulado de
Mendoza, y sus aguas se terminan perdiendo sin pena ni gloria en el Océano Atlántico, ya que no hay tierras aptas para agricultura en el territorio mendocino, aguas abajo de Bardas Blancas.
En este punto, nos respaldamos en el estudio realizado por la consultora Harza-Hissa en el año 1999, por encargo del Gobierno Provincial de aquel entonces.
Sin entrar en las consideraciones del aprovechamiento energético del “proyecto del siglo”, que ha sido ya suficientemente debatido y demostrada su ineficiencia e incapacidad de repago de la obra, nos abocaremos a tratar exclusivamente el tema del “trasvase”.
El estudio de referencia presenta tres alternativas, entre las cuales concluye en modo definitivo que la mejor opción es el trasvase en la cuenca alta, denominada Alternativa A. Someramente esta opción implica la construcción de una presa en La Estrechura, alto valle del rio Grande, Valle Hermoso, y desde allí derivar, mediante un túnel de 17 km, 24 m3/s al rio Salado y luego al Atuel. En una segunda etapa se podrían trasvasar otros 10 m3 adicionales desde el rio Valenzuela.
Estos son los caudales ya aprobados por el COIRCO, y no son materia de discusión ahora. Esta opción contempla la construcción de obras hidroeléctricas en el cauce del Salado, con un aporte equivalente de energía a la de Portezuelo y a mucho menor costo. En el curso medio del Atuel, no hay diferencias en un proyecto y otro, salvo un leve incremental en el índice de salinización del agua de riego, por el paso del nuevo caudal por el rio Salado. Las obras de repotenciación de los Nihuiles y otras obras se pueden realizar igualmente, con esta Alternativa A.
El costo de esta obra representa un 30 % de los apetecidos “mil palos verdes”, siendo evidente la conveniencia económica de la misma y la posibilidad de hacer el resto de la inversión en etapas a
medida que se avanza en la obra.
Ahora bien, que hacemos con un incremental de 24 o 34 m3 por segundo en la cuenca total del rio Atuel y Diamante.?
Ambas cuencas tienen una superficie de riego empadronada de aproximadamente 170.000 hectáreas, de las cuales unas 100.000 aproximadamente se encuentran ociosas, por no decir abandonadas.
Las causas.? Muchas, pero al menos tres relevantes:
1. La salinización de los suelos por efecto de las “aguas claras”.
2. La pérdida de actores económicos y migración poblacional hacia
las urbes.
3. Un profundo atraso tecnológico en todos los aspectos que
inciden en la producción agropecuaria, incluyendo la prevención y
defensa frente a las inclemencias climáticas.
Si éstas fueran las causas de la declinación del Oasis Sur, no será justamente el trasvase el que le dará soluciones, por el contrario, complicaría aún más, una de las mencionadas causas de la actual crisis, al introducir al sistema de riego, el incremental de salinidad que implica el trasvase por la cuenca alta.
En síntesis, la crisis del Oasis Sur requiere otras soluciones, entre otras, la reconversión del sistema de riego integral, abordando la conducción del agua y la aplicación en los cultivos con la técnica de riego presurizado. La mejora en la eficiencia de riego aún no garantiza el éxito, habrá que reconvertir muchas hectáreas de frutales y vides adoptando la nueva genética y un manejo sustentable. La racionalización del riego, contribuirá a mejorar los niveles freáticos, reduciendo los ingentes esfuerzos que hay que
realizar para sacar el agua excedente de la cuenca.
Entonces, que hacemos con el agua de trasvase.?
El estudio de Harsa-Hissa, preveía el riego de nuevas áreas como complemento del mejoramiento del área ya cultivada, pero creemos qué a esta altura de la situación, ese se convierte en el destino principal del incremental de agua que aportara el trasvase del rio Grande, y a su vez permitirá llevar los 3,2 m3/segundo que Mendoza le “adeuda” a La Pampa, según lo estableció el “Acuerdo
del Atuel”.
O sea, que por ahora no hay otra opción que ampliar el área destinada a agricultura en el sur mendocino, lo cual implica tener que responder a infinidad de preguntas.
1. Cuantas hectáreas se pueden irrigar? Dónde están esas
hectáreas.? Quienes son los dueños.?
2. Quien hará la explotación agrícola.? Que producir.? Como
producir.?
3. Este proyecto tiene capacidad de repago.? Cambia la matriz
productiva de Mendoza.?
Las respuestas serán necesariamente escuetas y quizás insuficientes, pero vale la pena empezar.
El proyecto del 99, que encargó el Gobierno de Mendoza, preveía un incremental de 32.000 has en la cuenca de los ríos Atuel y Diamante, con el trasvase del máximo posible de 34 m3. Hoy a la luz de la situación actual, y pensando en una primera etapa del trasvase de solo 24 m3, podríamos estimar una superficie a incorporar, no superior a las 20.000 has, considerando un incremento en la cantidad de agua utilizada por hectárea, como lamina de lixiviación necesaria para evitar la salinización de los
suelos.
Esta superficie es la natural extensión de la actual área cultivada, al sur del rio Diamante, al este de las localidades de Monte Coman y Real del Padre, con límite sur en el área cultivada de La Escandinava en Gral. Alvear. Se sabe que esa área, que en general es de unas 100.000 has, tiene condiciones agroecológicas aptas para la agricultura. En el departamento de Malargüe el proyecto original preveía un canal derivador que permite incorporar alrededor de 2.000 has productivas con un perfil propio de acuerdo a sus características agroecológicas más dirigido a la explotación
hortícola y forestal.
Desconocemos por completo cual es la situación de tenencia de esas tierras. Habrá que hacer un pronto relevamiento y a continuación proceder a la expropiación de la superficie elegida, para evitar cualquier tipo de especulación con esas tierras, adoptando como consigna que no hay trasvase si no hay tierra
pública.
A partir de tener control sobre la tenencia de la tierra, se hará un Plan Maestro compatibilizando el interés público y el privado por medio de concesiones de largo plazo, que garanticen la sustentabilidad del área y el interés económico de los privados, ya sea en forma individual o bajo formas asociativas.
El qué y cómo producir, será materia a desarrollar, pero no habrá que ir muy lejos, para encontrar un modelo cercano al que se desarrolla en el resto del Oasis Sur, al menos para algunas hectáreas, incorporando la innovación tecnológica y el modo de producir sustentable y compatible con lo ambiental. Sin embargo, creo que la mejor opción es acercar las inversiones al modelo de producción de granos y forraje bajo riego, asociado a la producción pecuaria, especialmente la cría intensiva de cerdos y su industrialización integral. La unidad económica se acercaría a un módulo de Pivot con riego por aspersión de entre 100 y 200 hectáreas por parcela.
En el proyecto original, hasta se proyectaba hacer parcelas de una hectárea para el cultivo de espárragos¡!. Ojala se logre.!. Esparragos, orégano, berries, azafrán ¡!. Flores ¡!. Uf ¡!. Como no soñar.? Pero puestos los pies en la tierra es necesario tener también una opción de inversión privada, genuina y a escala.
El acierto en el modelo de producción, asegurará el recupero de la inversión privada y la reinversión de los recursos públicos en otras obras y mejoras.
El trasvase en su alternativa A, o sea, la Presa de la Estrechura, y derivación mediante un túnel al Rio Salado-Atuel, tiene a su vez un importante componente vinculado al turismo en toda la extensión
territorial, que no será por ahora parte de este debate.
En cuanto a la última pregunta, referida a si este proyecto cambiara la matriz productiva de Mendoza, la respuesta es, NO ¡!.
Si las 300.000 has agrícolas actuales no pueden sustentar a los habitantes de toda la provincia, poco mejorará esa matriz con este proyecto funcionando, pero si tendrá un fuerte impacto en el Oasis Sur, en la medida que se integre la cadena de valor, generando la agroindustria asociada que es la que permite generar nuevos empleos y mejores ingresos a la población.
Seguramente no se agotará aquí el debate y ojalá que así sea, ya que nada mejor le puede pasar a un debate, que siga abierto y recibiendo nuevos aportes y así enriqueciéndose. Aquí no hay muchas ideas propias, diría que, a lo sumo, habré juntado muchas ideas ajenas, sobre todo las que se han vertido en más de un café sabatino junto a otros mendocinos más ilustrados, compañeros de penas y alegrías. Firmo al pie solo como referencia de identidad y fecha.
Sirvan estas páginas solo como modesto aporte para continuar el debate.
NOTA DE OPINIÓN
Cristóbal Sola