Los abogados defensores del futbolista de Argentinos Juniors, Luciano Cabral preparan una nueva estrategia para liberar al jugador que está detenido en la cárcel de San Rafael acusado de haber participado de la pelea en la que fue asesinado Joan Villegas el 11 de enero de 2017.

La audiencia preliminar del juicio que debería comenzar el 15 de este mes ya dejó entrever que algo iba a pasar cuando los defensores solicitaron al tribunal una nueva indagatoria a Luciano a partir de considerar que a su entender no se habían reunido todas las exigencias en las primeras declaraciones del futbolista.

A todos llamó la atención en ese momento que luego de que los representantes del Ministerio Púbico Fiscal habían manifestado su oposición a la solicitud, la abogada de la querella en representación de los padres de Villegas estuviera de acuerdo con lo solicitado por los defensores.

Finalmente, los jueces de la Primera Cámara del Crimen no hicieron lugar al pedido y concluyeron la audiencia convocando al juicio que debe comenzar la próxima semana.

Lo que puede pasar ahora es que apenas inicie el debate oral y público, los acusados pidan ser indagados y en esa ocasión se modifique el relato de los hechos desde un punto clave cual es admisión por parte del padre del Luciano, José Cabral de haber sido el autor material del homicidio.

Claro que para ello, debería concordar su narración con la del resto de los imputados. Pero no es de extrañar que haya plena coincidencia ya que todos estos se verían favorecidos.

Un tema trascendente para el futuro incluso de quien asumiría la responsabilidad de los hechos, es que se descarte que los golpes de los menores hayan sido dados contra una persona con vida. El «Mono», como se lo conoce a Cabral padre, admitiría que él dio el golpe fatal con el palo de anchada y que el adolescente que le pegó con un pedazo de cemento a la víctima, lo hizo cuando este ya había fallecido.

Esto porque si se concluyera que algún menor fue parte del acto que derivó en la muerte de Villegas, la sentencia contra el Mono se vería agravada en un tercio de los años previstos para una eventual condena por homicidio, justamente por la participación de menores.

De todas formas, la clave estará en otro punto y es lo relativo a la prueba que incrimina directamente por ahora a Luciano: dos muestras de sangre que se verificaron en su zapatilla, una con ADN compatible con el futbolista y otra con la de la víctima.

Esto lleva a pensar que indudablemente estuvo peleando con la víctima.

Lo que dirán ahora es que el jugador efectivamente se trenzó en una pelea con Villegas, pero que eso ocurrió minutos antes de la golpiza fatal. Concretamente, dirán que eso fue en la pelea que tuvo lugar frente a un kiosco donde Joan había ido con un amigo a comprar cerveza.

Los relatos que hay en la causa dan cuenta de ese primer encuentro violento, y también señalan que de allí logra escapar Villegas hasta la esquina ubicada a casi 200 metros, donde alguien le dio alcance y terminó asesinado a golpes en la cabeza.

La nueva estrategia, permitiría, entonces, intentar un juicio abreviado, a partir de la admisión de la culpa por parte de José Cabral.

Lo que habrá que esperar es qué dice el jefe de Fiscales de la Segunda Circunscripción, Norberto Jamsech; quien estará acompañado por la fiscal Ivana Verdún, frente a esa eventualidad de acortar el debate.

Va de suyo que la querella, con la llamativa actitud a favor de las nuevas indagatorias que ya mostró en la audiencia preliminar, hará lo mismo ahora.

En consecuencia, si la idea de los defensores prospera, se dejará de escuchar al principal testigo del caso, un anciano de apellido Coronel, que vio quiénes y cómo mataron a Villegas.

Y esto podría abrir las puertas a la libertad del futbolista porque se intenta, con todo esto, decir que no tuvo una participación necesaria en el homicidio, sino sólo una responsabilidad penal por lesiones graves producidas a la víctima en la primera pelea, frente al kiosco… que él no lo corrió a Villegas luego, ni estuvo en la escena del crimen final.

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