Mendoza sumA otro argumento en la pelea judicial por el agua del río, ya que la provincia vecina desvía el río que recibe las aguas del Atuel. Una compuerta es una amenaza para Buenos Aires y Río Negro.

«Un río que nace en la parte alta, aprovechado en una provincia y que se va agotando y que va dejando sin agua a la provincia que está en la parte más baja. En un fallo histórico, la Corte Suprema tuvo que resolver este problema entre las provincias de Mendoza y La Pampa. (…). El río Atuel es un conflicto que expresa muy bien la clase de problema que enfrentamos» (Ricardo Lorenzetti juez de la Corte de la Nación, en su libro «El nuevo enemigo, el colapso ambiental» que presentó en Maipú, Mendoza, el jueves 25 de agosto de 2022).

Contar esta historia tiene un sentido: explicar las quejas que Mendoza, como Estado provincial, ha presentado recientemente ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) defendiéndose del último de los planteos de La Pampa. Un reclamo más de los que la provincia sureña hace sistemáticamente por el manejo del caudal del río Atuel.

El martes 11 se hizo pública la presentación del «nuevo hecho» que Mendoza presentó en la CSJN en esta causa ambiental, donde La Pampa exige el acceso al agua dulce de deshielo que corre por el cauce del río Atuel. Para los gobiernos pampeanos, la no llegada de agua por ese surco cercena un derecho humano a la población de esa provincia.

Por ese contexto que impone La Pampa, la exposición del consejero del río Atuel Gustavo Villegas, fue impactante. El representante de los regantes que toman agua del río se presentó junto al superintendente de Irrigación, Sergio Marinelli, en la sede del gobierno del agua. Allí se reveló que el agua de manantial que es cedida por Mendoza a La Pampa por un convenio firmado en 1992 para consumo humano (para 6 mil personas) a través de un acueducto, es finalmente envasada en bidones de 20 litros y vendida fuera de La Pampa. Fue fuerte la imagen captada esa mañana. La pregunta que se instaló fue: si falta el agua, ¿por qué la venden?

Cerca del mediodía del mismo martes se oficializó esta situación ante el Alto Tribunal Federal, pero no fue el único «nuevo hecho». Junto al presunto mal uso del agua destinada para dos poblaciones pampeanas (Santa Isabel y Algarrobo del Águila) se sumó el caso del llamado «Tapón de Alonso».

Estos nuevos acontecimientos fueron remitidos a la Corte de la Nación por el pedido de La Pampa al mismo tribunal que ejecute la sentencia y obligue a Mendoza a entregar los 3,2 metros cúbicos por segundo. Para La Pampa, el Atuel «trae caudal suficiente para cumplir el fallo de 2020, para que cese el perjuicio económico y ambiental». En ese reclamo, la provincia patagónica aduce que Mendoza retiene el agua del Atuel «de manera ilegal».

Villegas y Marinelli presentaron pruebas de que en La Pampa venden el agua de Mendoza.

Desde Mendoza señalan al tapón

Se advierte un cambio de posición de Mendoza ante el añoso conflicto por las aguas del Atuel. Además de Irrigación la Fiscalía de Estado se ve activa en este sentido para apuntar a los criterios aplicados en las políticas hídricas pampeanas y se nota que el objetivo es poner en crisis el declamado derecho humano, vulnerado por la escasez hídrica, en realidad por la sequía, que soportan las personas que viven en ese territorio a causa de la «arbitrariedad» y el «robo» del recurso que hace Mendoza según La Pampa.

Por eso, desde el órgano extra poder mendocino prestaron atención en un «detalle» para demostrar una contradicción pampeana en cuanto al manejo del agua de los ríos que terminan confluyendo dentro de ese territorio.

El punto en cuestión es que el 28 de junio de 1985 La Pampa firmó un convenio con las provincias de Buenos Aires y Río Negro para que el río Curacó afluente final de las aguas del Atuel fuera desviado por el llamado «Tapón de Alonso». Es un endicamiento para que esa agua con altos contenidos de sales no se mezcle con las del río Colorado y perjudique a la población y la producción especialmente en terrenos bonaerenses. La cuestión es que hay más de 100 kilómetros de cauce del río que queda seco en suelo pampeano. Es una zona de «sacrificio», le llaman en la provincia vecina.

«Hay una postura contradictoria en sus propios actos. Mientras se reclama que en la entrada del agua a la provincia de La Pampa haya caudal permanente, al mismo tiempo han decidido que en la salida de su territorio no llegue agua. Si una cosa está mal, la otra también o las dos están bien. ¿Me entendés el razonamiento?», interpeló una fuente oficial mendocina.

O sea, de acuerdo a este nuevo planteo hecho por Mendoza, si en La Pampa entienden que a la salida de su dominio no debe haber caudal y por lo cual han hecho un tratado, y lo han ratificado por ley y han construido una obra, entonces no pueden reclamar un caudal permanente a la entrada. Hidrológicamente, señalan que «el río es uno solo». Es decir, comienza en la cordillera y termina en el mar. «Va cambiando de nombre en su recorrido. En una parte se llama Atuel en otra se llama Desaguadero y despés Salado, en otra Curacó, en otro Colorado y desagua en el mar. Pero es todo el mismo escurrimiento que se va juntando con otros ríos», describen.

La conclusión acusatoria mendocina es que no hay coherencia en La Pampa en su reclamo por caudal permanente para que luego sea cortado en su recorrido.

«Tapón de Alonso» en La Pampa.

Una historia salada

Recuerdan en el sur mendocino que 1982 fue un año muy «nevador». Fue uno de los años con más nieve históricamente desde que se miden estas precipitaciones en la montaña. Por lo tanto, hubo mucha agua de deshielo que aumentó el caudal del Atuel, eso produjo la reactivación del Curacó, y así comenzó a llegar más agua al Desaguadero y el Salado y terminó contaminando al río Colorado. Eso provocó que sobre todo Buenos Aires, que es la provincia que más usa el agua, no pudiera regar y no pudiera usar agua para abastecimiento poblacional, porque el líquido estaba fuera de los límites de salinidad (30 gramos de sal por litro de agua cuando el tolerable era un gramo por litro).

Sistema hídrico Río Colorado que integran las cuencas de ríos mendocinos.

Entonces es por eso que hicieron este tratado que se suscribió tres años después para implementar estas obras, para cortar el cauce y desviarlo a la laguna «La Amarga» y dejar 100 kilómetros de cauce muerto dentro de los límites pampeanos.

¿En qué situación se encuentra el tapón? ¿Funciona?, consultamos. «Sí, funciona», fue la respuesta inmediata.

La compuerta como amenaza

Hay un dato barnizado de conspiración que señala al tapón como elemento de presión de La Pampa hacia Buenos Aires y Río Negro El escenario es la pelea con La Pampa por la habilitación del proyecto hidroeléctrico mendocino de Portezuelo del Viento sobre el cauce del Atuel en territorio cuyano. El gobierno nacional de Mauricio Macri, las provincias con gobiernos afines de ese momento, es decir Río Negro y Buenos Aires, tenían una postura política más cercana a apoyar a Mendoza para avanzar con la obra de la presa ante la resistencia de La Pampa.

Cuentan los informantes mendocinos que La Pampa decidió modificar el tapón, que hasta ese momento era solamente un muro, entonces le colocó una compuerta. «Fue un mecanismo de presión. El mensaje fue: si me votan en contra en el COIRCO (Comité Interjurisdiccional del Río Colorado), les abro la compuerta y les tiro el agua salada. Por eso las otras provincias se han cuadrado a la postura pampeana y la compuerta está cerrada», detallan.

Está registrado en los informes periodísticos que en ese tiempo, en 2016, Buenos Aires reclamó el cierre del tapón y el gobernador pampeano de ese entonces, Carlos Verna respondió que «el tapón ya no existía» y que si había agua seguiría su curso natural con el riesgo de la salinización del Colorado. Verna adujo «imprevisibilidad» de los caudales de los ríos que alimentan el Curacó, entre ellos el Atuel, responsabilizando a Mendoza y San Juan por sus presuntos desmanejos hídricos.

«El gobierno pampeano informó a la Corte Suprema de la Nación que el ‘Tapón de Alonso’ ya no existe como tal y que el manejo de las aguas del sistema hídrico del Desaguadero lo realizan en la práctica las provincias de Mendoza y San Juan a su antojo», informo una crónica del diario La Arena de La Pampa del 15 de diciembre de 2016. En aquel momento ya Alfredo Cornejo gobernaba Mendoza en su primer periodo de gestión.

Qué quiere Mendoza en la Corte

En esta causa del río Atuel, todavía no se abre el «periodo de prueba». Será ese tiempo para los peritajes y se analizará toda la prueba que han ofrecido las partes. Hasta ahora las partes pueden agregar hechos de los que se han considerado al momento de la sentencia. Así, Mendoza ha presentado estos dos hechos nuevos que no estaban en la demanda y contestación de acusación original.

El fallo de referencia de la Corte es el de 2020 donde se establecían la realización de obras para garantizar la llegada de un caudal mínimo a La Pampa (los 3,2 m³/seg). Desde Mendoza se argumenta que la Provincia presentó un plan de obras que debían ser costeadas por La Pampa, Mendoza y la Nación. La provincia reclamante se negó a invertir, por ejemplo, en obras de revestimiento del cauce que mitiguen la filtración de agua en varios trayectos del río.

«Pretenden que restrinjamos el riego para hacerles llegar el agua de acuerdo al fallo, eso significaría que con el tiempo tendremos una migración de la población de General Alvear al conurbano bonaerense por la caída de la actividad agroindustrial, la base de sostenimiento del departamento», advierten extremando un escenario de colapso como el que anticipa Lorenzetti, el juez supremo ambientalista, solo que serían habitantes de Mendoza quienes terminen reclamando por agua.

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