Con discusiones, aprobaciones y críticas Mendoza dejará de financiar la lucha con aviones y bengalas. Cómo funciona el sistema y su comparativa con otros métodos.

El fin de la lucha antigranizo produjo un fuerte impacto en el sector productivo de la provincia. Con voces a favor y en contra de la medida, lo cierto es que el método se llevaba una buena parte del presupuesto del Ministerio de Producción de la provincia de Mendoza ($17.000 millones estimados para esta temporada) con una eficacia con más dudas que certezas. En tanto, los productores no discuten la eficacia de la malla antigranizo, pero no hay coincidencia en la efectividad de las bengalas de yoduro de plata.

Como en casi todo en la actualidad, hay quienes hablan de comprobación científica tanto a favor como en contra de su funcionamiento. No obstante, la mayoría admitió que no se trata de un método con 100% de efectividad y que, dada las magnitudes e imprevisibilidades de las tormentas, es difícil cuantificar su efecto.

En este contexto, un estudio publicado por Vineas, una plataforma colaborativa que reúne a actores y proyectos para compartir conocimientos y soluciones analizó el impacto de la lucha con bengalas. El artículo también referenció la historia de otros métodos similares con el objetivo de proporcionar “apoyo metodológico a los actores de la vid y el vino” con relación a los desafíos del climático.

El granizo es un riesgo para todos los cultivos y en muchas zonas de Mendoza y de Argentina pueden tener una magnitud tal que no solo afecta a la cosecha en ciernes, sino que también puede dañar o mermar a las de años siguientes.

“Es difícil controlar este fenómeno natural y hoy en día las técnicas que se pueden aplicar con éxito se limitan sustancialmente a la protección física de las plantas mediante redes específicas”, aseguró el artículo citado en alusión a la malla antigranizo. Agregó que un factor que ha mejorado en los últimos años es la eficacia en la previsión meteorológica que posibilita actuar a tiempo. El problema es que el tamaño de la piedra es muy difícil de prever aunque sí se sabe, por una cuestión estadística, que hay zonas en las que suele ser más fuerte. Entre ellas se destacan el sur, aunque el centro y el este de la provincia no se quedan atrás.

Cómo funciona la malla

“Con la existencia de la lucha antigranizo, nuestra fábrica ha crecido de manera sostenida”, destacó Juan Ignacio Losada, dueño y gerente industrial de Agrinet, una empresa local que produce malla antigranizo. La empresa comenzó en 1991 con la importación de malla y en el 1999 –casi a la par del inicio de la lucha con aviones- comenzaron con la producción nacional en Mendoza. En 25 años pasaron de tener 4 telares a 42 y desde 2001 también se han podido integrar para producir su propio hilo. “Hemos crecido con la lucha y siempre le hemos vendido a privados”, destacó Losada.

Esta empresa trabaja en todo el país, al tiempo que exporta a países de América Latina y de Europa. Entre los cultivos que más cubren se encuentran frutales, viñedos y tomate. La malla dura entre 20 y 12 años en función del color y del tipo de cultivo. Hay que tener en cuenta que en espaldero la malla dura más de dos décadas, mientras que en parral o frutal puede durar entre 12 y 15 años. La malla tiene distintos colores y la que más dura es la negra debido a que su único “agresor” es el sol.

En este sentido, la mezcla de tonalidades también se usa para –sobre todo en frutales- evitar golpes de sol y maximizar la eficiencia hídrica. El costo de las mallas de distintos colores es el mismo y en la actualidad oscila entre los 4.000 y los 4.500 dólares por hectárea. Losada explicó que siempre ha habido demanda y que es probable que con los créditos a tasa subsidiada que anunció el Ministerio de Producción, puedan acceder productores que antes no llegaban.

Antecedentes y análisis de la lucha

La publicación de Vineas postuló que el método que trabaja a partir de la introducción artificial de un gran número de núcleos de glaciación en las nubes cumulonimbus. “La formación de un número muy elevado de granizos pequeños evitaría la formación de los más grandes, que son los responsables de los daños cuando alcanzan el suelo”, detalló el informe. Las técnicas utilizadas para alcanzar las capas atmosféricas donde se forma el granizo pueden ser diferentes: quemadores terrestres, siembra desde aviones, cohetes o globos utilizados como vectores. “La sustancia más utilizada es el yoduro de plata, pero también se han probado otras como el hielo seco”, precisó el artículo.

Aunque el estudio mencionó la existencia de una fiabilidad científica, también aclaró que no se utiliza desde hace años. La publicación citó como fuentes datos publicados por France Info y otras de ese país, donde habría nacido la lucha antigranizo como se la conoce. “Estos métodos fueron parcialmente abandonados desde finales de los años 70, tras el resultado del llamado “Grossversucht IV”, un proyecto conjunto con la participación de Francia, Suiza e Italia”, detalló. La publicación agregó que el experimento no logró una demostración estadística de la eficacia del llamado “método soviético”.

El artículo también precisó el funcionamiento específico del yoduro de plata y le otorgó cierta eficacia, aunque advirtió sobre una posible contaminación atmosférica. “En términos de eficacia, según ANELFA (Asociación Nacional para el Estudio y la Lucha contra las Plagas Atmosféricas), el dispositivo permite reducir a la mitad la intensidad del granizo”, precisó la publicación.

Agregó que recientemente se ha sospechado que este método contamina el suelo, por lo que se realizan estudios al respecto. En este sentido, el gerente de Agrinet expresó que este método ha fracasado y que la prueba está en la virulencia de las tormentas y del granizo que ha caído, aún con la lucha activa. “Además, no se usa en ningún lugar del mundo”, agregó Losada.