Desde el lunes, los bailarines folclóricos con discapacidad comenzaron a prepararse. Son 15 parejas las que participan en la Vendimia 2019.

Con mucho entusiasmo, el lunes pasado comenzaron las prácticas de los 30 artistas que se suman a puesta dirigida por Alicia Casares.

Cada tarde, desde las 20, la Sala Elina Alba de la Secretaría de Cultura se convierte en un espacio de contención para brindarles las condiciones necesarias para su desempeño artístico en nuestra fiesta máxima.

Bajo la coordinación de Fabián Quiroga y la colaboración de la monitora Verónica Etura, se trabaja con el fin de desarrollar las capacidades de los bailarines, más allá de la técnica y las coreografías que interpretarán durante su participación, en Tejido en tiempo de Vendimia.

Son 30 bailarines, seleccionados mediante casting, algunos ya han participado en Vendimias anteriores, pero en esta edición hay una renovación del conjunto. Son tres piezas en las que bailarán: un medio pie de chacarera, un gato cuyano y un carnavalito.

Fabián Quiroga, quien tiene experiencia de fiestas anteriores, destaca que este trabajo “ha sido muy positivo y enriquecedor para nosotros, es un toque al corazón, porque realmente el trato y la entrega que tienen ellos, el amor por el baile y las cosas que hacen y su manera de entregar afecto es especial”.

En estos ensayos no sólo se trabaja en las coreografías, respetando sus tiempos e inquietudes, sino que se prepara a los bailarines para que puedan desenvolverse solos en el teatro griego.

Para que estas personas puedan desarrollar sus inquietudes es indispensable el apoyo y contención de sus familias, pero además el acompañamiento permanente. Muchos de los bailarines y sus acompañantes llegan desde el Este provincial y de distintos puntos del Área Metropolitana. El objetivo es lograr la igualdad de condiciones de los artistas que actuarán en la Vendimia, además de estimular la inclusión laboral, la equidad y búsqueda de autonomía de las personas con discapacidad.

F.B.