El caso de contrabando fue descubierto el 1 de octubre en el aeropuerto El Plumerillo, de Las Heras, y dos cosas llamaron la atención del personal de AFIP Aduana: una era el protagonista –un médico cirujano del Hospital Italiano– y la otra, el material que estaba tratando de ingresar ilegalmente al país desde Estados Unidos: más de 450 grapas para sutura mecánica valuadas en más de un millón y medio de pesos, informaron fuentes del caso.

Lo cierto es que el galeno, identificado como Pablo Omelanczuk (50), llegó a juicio la semana pasada en la Justicia federal y terminó condenado a 2 años de prisión en suspenso, más inhabilitaciones, por el juez Hector Cortés. También se prevé que sufra una multa económica de, al menos cuatro veces el valor de lo que quiso ingresar.

Luego de un pedido de la fiscalía, a cargo de Gloria André, en un proceso de Flagrancia (por eso lo rápido de la resolución), Omelanczuk fue hallado culpable del delito de contrabando simple en grado de tentativa.

En el proceso se comprobó que el profesional nunca informó sobre el ingreso del material quirúrgico, al parecer utilizado para operaciones de bypass gástrico, a nuestra provincia.

Las fuentes señalaron que necesita autorización de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para ingresar al país este tipo de cartuchos para sutura mecánica, además de pagar los impuestos aduaneros correspondientes.

En un simple recorrido por la página web mercadolibre.com se advierte que cada unidad tiene un precio que varía entre 3.000 y 9.000 pesos, dependiendo de la marca y la utilidad.

Descubierto

La historia tuvo su inicio cuando Omelanczuk, quien es oriundo de General Alvear, arribó en avión vía Chile. Lo hizo el 1 de octubre y venía desde California, Estados Unidos. Al parecer, el médico viajaba seguido al país del norte por cuestiones laborales.

Pero, el profesional no traía sus valijas en ese vuelo sino que llegaron en el siguiente de la misma jornada. Esto, para los detectives que hablaron con El Sol, se trató de una clara maniobra para intentar eludir el control aduanero.

Cuando AFIP Aduana tomó contacto con sus pertenencias las pasó por uno de los escáneres (recientemente se instaló un aparato moderno que agilizó los trabajos) y descubrió una importante cantidad de elementos de dudosa procedencia. Los mismos venían ocultos en una especie de doble fondo que tienen las valijas, al que se accede abriendo un cierre.

Lo que complicó al cirujano fue que nunca declaró que venía ese material en las valijas, por lo cual se notificó a la Justicia federal.

El juez del caso, Walter Bento, ordenó que Omelanczuk sea llevado al edificio de Tribunales federales, en 9 de Julio y Pedro Molina. El fiscal de la causa fue Fernando Alcaraz y el entonces sospechoso estuvo varias horas en calidad de aprehendido.

Lo cierto es que lo imputaron, recuperó la libertad y el caso llegó a juicio en tiempo récord: menos de dos meses. Representado por una defensora oficial, el médico se defendió de las acusaciones.

Sin embargo, la fiscal del juicio, Gloria André, entendió que debía ser condenado por contrabando en grado de tentativa. Finalmente, después de un corto proceso, Omelanczuk fue hallado culpable y recibió dos años de prisión en suspenso.

La condena, explicaron las fuentes, no le impide continuar ejerciendo la medicina, pero destacaron que la Justicia ordenó que las grapas secuestradas sean donadas al Hospital Central de calle Alem.