La crisis hídrica se ha instalado con mucha fuerza en la provincia de Mendoza y el Sur no es ajeno a esta situación. Es que los ríos traen un caudal bajísimo y los diques empiezan a “decrecer” en cuanto a su capacidad de agua embalsada.

Los números del Departamento General de Irrigación hablan por sí solos y muestran la necesidad de que se haga un cuidado extremo del agua, cuando todavía faltan unos días para que ingresemos en el verano.

La situación del Atuel es drástica y preocupante. Es que el caudal se ubica a un 47% de la media histórica. En la sección de aforo de La Angostura se miden 24 metros cúbicos por segundo, cuando la media es de 51.

A esto hay que sumarle que desde el dique Valle Grande se están erogando 33 metros cúbicos por segundo para satisfacer la demanda de riego, un 30% más de lo que ingresa al sistema.

En cuanto a embalses, los más complicados son los de la cuenca del Atuel (Nihuil y Valle Grande), que apenas tienen el 32% de su capacidad, con solo 112 hectómetros cúbicos y por debajo de los 159 de promedio histórico.

En lo que respecta a la cuenca del río Diamante, el caudal medio diario llega apenas a un 30% del promedio histórico. No muy diferente es la situación del resto de los oasis. En el río Mendoza ingresa un 47% del caudal medio histórico y en el Tunuyán un 40%.

A.C.