Los gobernadores saliente, Francisco Pérez, y entrante, Alfredo Cornejo, ratificaron -cada uno por su lado- su respaldo a ‘la política de Estado’ de Mendoza en defensa de las aguas del Río Atuel por el conflicto que la provincia mantiene con la vecina La Pampa.

Ambos respondieron positivamente al pedido de acompañamiento a la presentación que este próximo viernes hará el fiscal de Estado, Fernando Simón, ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

En ese mismo tribunal hace seis meses el gobierno de La Pampa entabló una demanda contra Mendoza por ‘daño ambiental’, al considerar que la utilización de las aguas del Río Atuel por parte de Mendoza provocó la desertificación del oeste pampeano.

Antes de que termine esta semana, Simón presentará por mesa de entradas de la Corte en Buenos Aires un escrito que sobrepasa las 3.500 fojas entre el cuerpo central y los anexos técnicos y que fue elaborado en ámbitos de la Fiscalía de Estado y la asesoría de Gobierno (a cargo de César Mosso Giannini) con la intervención activa de los profesionales Edgardo Díaz Araujo, Mathus Escorihuela, Guarino Arias y Liber Martín y el aporte de la Universidad Nacional de Cuyo, el Departamento General de Irrigación y la Universidad Tecnológica Nacional.

Según trascendió, entre los argumentos centrales que presentará Mendoza para su defensa, figura la emergencia hídrica que vive la provincia desde hace cinco años, y que cobra mayor magnitud en el Río Atuel, donde esa situación crítica se viene repitiendo desde hace seis años.

Según los datos de Irrigación, en verano la capacidad sumada de los almacenajes de los embalses de Valle Grande y El Nihuil se ve reducida a la cuarta parte. Esto provoca cortes y estiramientos entre los turnos de riego en el Sur mendocino, a fin de evitar el agotamiento del recurso y de posibilitar una lenta recarga durante el otoño y el invierno, cuando está suspendido el riego.
Asimismo, se destacan las obras que la Provincia realiza en el curso superior del río Atuel para concentrar los diversos brazos en un solo cauce (y evitar pérdidas por evaporación), más los trabajos de impermeabilización que se llevan a cabo en los cursos medio e inferior para evitar pérdidas por infiltración, como es el caso del canal Marginal del Atuel.

Todas estas tareas ‘acercan’ el agua del Atuel al límite entre Mendoza y La Pampa, pero aún con el cauce casi enteramente ‘rectificado’ no alcanzan para alimentar suficientemente el Sur mendocino ni a cruzar a territorio pampeano.

D.I. Fuente: Diario Los Andes