Las conversaciones de los representantes, tanto nacionales como provinciales, las reuniones conciliatorias de gobernadores (donde La Pampa se mostró ausente (por lo menos la última)) y la ardua labor científico-técnica que expresó Mendoza en los estudios correspondientes, como así también el cumplimiento de plazos, resultaron insuficientes.

“Mendoza hizo lo imposible por cumplir cabalmente lo que pidió la Corte. Pero la intransigencia de La Pampa imposibilita llegar a un acuerdo», afirmó el Superintendente General de Irrigación, Sergio Marinelli.

«Mendoza ha cumplido plazos requeridos por la Corte. Desde el 1° de diciembre nuestros mejores ingenieros, en trabajo interdisciplinario con otros colaboradores locales, nacionales y de la vecina provincia, han delineado un plan estratégico-científico de significativa rigurosidad”, dijo también Marinelli.

Lo que ha rechazado La Pampa en este tiempo es una planificación de parte de Mendoza para no dejar sin agua a los regantes del sur mendocino y que prevé que nuestra provincia ya se encuentra en el octavo año de emergencia hídrica.

El Secretario de Gestión Hídrica de Irrigación, Fernando Gomensoro, atribuye este «no acuerdo» a una discrepancia en las perspectivas interpretativas

«Casi finalizada la reunión nos pidieron que explicáramos con más detalles la propuesta. En primer lugar creímos que el nivel de detalle que mostramos fue rigurosísimo y segundo, le preguntamos a los representantes de La Pampa que si nosotros mostrábamos aún más detalle existía la posibilidad de que bajaran sus pretensiones. Y respondieron negativamente”.

Finalmente, Gomensoro concluyó: “En todo este tiempo La Pampa no se ha movido un milímetro de lo que pidió inicialmente. Cuando nosotros pedimos más detalle de su pedido, nos contestaron que todo estaba en el informe escrito y nada más. La Pampa se ha sentado cómodamente a esperar el 14 de febrero a las 23.59 horas».

A.C