En 30 años se perdieron 114 bodegas y 10 mil has de viñedos, por lo que el intendente Walther Marcolini trazó un panorama de las causas que han llevado a la economía alvearense al estancamiento y planteó los ejes por los cuales su gobierno avanza para cambiar esa realidad, para así llevar a Alvear a un nuevo proceso de crecimiento.

El diagnóstico de Marcolini sobre lo ocurrido se remonta a la segunda mitad de la década del 70 cuando, como producto del plan económico del proceso militar, hubo un quiebre muy fuerte en las economías del interior de la argentina y trajo consecuencias a largo plazo. «el cierre de ramales ferroviarios, por ejemplo, impactó en el costo del flete y trastocó los pilares económicos del departamento. Vecinos de esa época cuentan que salían hasta dos formaciones del ferrocarril sarmiento, desde oeste, hacia buenos aires con productos de toda la región», narró a este diario el jefe departamental.

«En Alvear oeste había en esa época 66 establecimientos agroindustiales entre los que se contaban industrias dedicadas a la fabricación y ensamble de herramientas; galpones de empaque; entre otros», indica. Los memoriosos recuerdan que en esos años oeste también tenía dos estaciones de servicios, cine, banco, una sodería y múltiples comercios.

Todo eso cambió. «sucedió una reprimarización de la economía, que comenzó con el cierre de fábricas y tuvo su punto más álgido con la quiebra definitiva de la Campagnola, en Carmensa», dice el intendente. La Campagnola industrializaba en forma de mermeladas y conservas -como antes lo hacía la fábrica Spat- la mayor parte de la producción de frutas de General Alvear. Con su cierre comenzó el proceso de abandono de fincas, que hoy pareciera tornarse irreversible en muchas zonas del departamento.

Marcolini lo explica con números oficiales: «En la década del ’80 Gral. Alvear tenía 128 bodegas y 13.500 hectáreas de viñedos, según las cifras del INV. De eso pasamos a una actualidad en la que existen sólo 14 bodegas y menos de 4000 has de viñedo».

El abandono de tierras cultivadas se refleja también en la cantidad de productores. El censo agrícola de 1996 determinó que habían 3800 productores en todo el territorio alvearense; el último censo, realizado por la comuna hace dos años, mostró que sólo quedan 1680 productores y, de ellos, 630 están en condiciones más que difíciles de recuperación.

«La realidad es cruda. En Alvear hubo subdivisión de la tierra, abandono de fincas… Hay una periferia (formada por la Colonia Italiana, Colonia Rusa, Los Ángeles, La Escandinava y El Ceibo) que forman una media luna de tierras fértiles que no tienen reconfiguración o han mudado a una ganadería pastoril de supervivencia», comentó Marcolini.

El equipo de gobierno de Marcolini trabaja ahora en un proyecto que intenta dar respuesta a esos pequeños productores, de 2 a 5 hectáreas, e involucra una industria juguera que elaborará jugos de uva, pera, durazno, damasco y ciruela.

«No se trata de una pulpera sino de una juguera que elaborará un producto final que irá directamente a góndola», explica Marcolini. De este modo, el emprendimiento estatal y privado buscará no entrar en competencia con las pasteras que existen en la zona.

«Esperamos que a fin de año el proyecto esté aprobado y ya funcionando», indica además el intendente, y espera que este emprendimiento ayude a mejorar la rentabilidad de los fruticultores.

La realidad económica de la Argentina ha tornado cuesta arriba todo tipo de proyectos productivos. El intendente de Alvear lo sabe bien y lo sufre, cuando mira las cifras de abandono de fincas y de la escasa rentabilidad que alcanzó la última cosecha de uva, ciruela, durazno y damasco (las principales producciones del departamento). «La alta inflación, los problemas con el tipo de cambio, y la baja rentabilidad han golpeado fuerte en las economías regionales. Los municipios tenemos poco margen para cambiar eso, pero sí podemos ofrecer condiciones para que a las empresas e industrias les resulte atractivo radicarse aquí. En eso estamos, como gobierno», concluyó Marcolini.

Fuente. Sitio Andino.