La cárcel de San Rafael “despidió” ayer a los dos primeros internos con causas federales que continuarán sus días en el complejo penitenciario Nuevo Cuyo, construido en Cacheuta.

Se trata de dos hombres que, desde la penitenciaría de avenida Mitre, coordinaban acciones en una banda narco que operaba en General Alvear y terminó de ser desbaratada el último fin de semana con cinco nuevas detenciones que realizó personal de Narcocriminalidad.

El traslado de estos dos internos a la nueva cárcel de Cacheuta fue “el puntapié inicial” de una anhelada descompresión del penal de San Rafael, que se consolidará en los próximos meses, confirmó el director del Servicio Penitenciario de Mendoza, Eduardo Orellana.

Se prevé, de acuerdo con la información que aportó Orellana, que sean 30 los internos con causas federales que en los próximos días abandonarán la cárcel de San Rafael para ser alojados en Cacheuta. “De ahora en más, cualquier persona que sea encarcelada por un delito federal, no será enviada a la penitenciaría de este departamento sino directamente a Luján”, informó el funcionario.

El hecho de que dos internos de la cárcel de San Rafael hayan sido líderes de una banda dedicada a la comercialización de estupefacientes no cayó bien en las autoridades penitenciarias y, si bien desde la Justicia hasta ahora no han podido probar connivencia de guardiacárceles, Orellana detalló que llevaron adelante una investigación interna cuyas conclusiones se conocerán este viernes.

Claro está que, sin la posibilidad de disponer de comunicación telefónica móvil, difícil será que se monte ese tipo de acciones desde el interior de una cárcel hacia afuera. Por eso Cacheuta, en cada uno de sus complejos carcelarios, está fuera de cobertura, algo que en San Rafael –admitió Orellana– es muy difícil de lograr.

“La penitenciaría de San Rafael es la única que tiene paredes colindantes con vecinos. La utilización de inhibidores de señales, por más exactos que sean, podrían afectar a usuarios que residen cerca del penal y no es nuestra intención perjudicarles el servicio”, expresó.

Superpoblación

“La población de la cárcel de San Rafael ha llegado a un nivel preocupante”, reconoció Orellana. Hasta ayer había 430 internos en la penitenciaría de la avenida Mitre, cuando la cifra no debe superar los 350 presos.

En ese escenario, indicó el director del Servicio Penitenciario de Mendoza, apuntan a una serie de acciones que, en el corto plazo, podrían descomprimir la agobiante situación. Por una parte, como indicamos anteriormente, serán 30 los internos que continuarán sus días en la cárcel federal de Cacheuta. Además próximamente concluirán las obras en la colonia Sixto Segura de El Cerrito, donde habrá 72 nuevos espacios. Está claro que, en el predio de calle Tirasso, la seguridad no es del mismo nivel que en el establecimiento de la avenida Mitre, por lo que la selección de internos a trasladar se debe ejecutar en relación al comportamiento y la situación procesal de cada uno.

Orellana no habló de una nueva cárcel, aunque sí reconoció que el establecimiento de la avenida Mitre quedó emplazado en medio de la ciudad, algo que debe ser corregido y que –de hecho– ha sido motivo de la construcción de nuevas unidades penales, no solo en Mendoza sino en diferentes puntos del país. Además recordó que en la cárcel local no solo residen presos sanrafaelinos, también llegan desde Alvear, Malargüe y hasta del Valle de Uco, lo que cambiará en los próximos meses cuando se inauguren módulos carcelarios en Tunuyán.

Cacheuta

“En Cacheuta se están ejecutando dos grandes complejos. Será –en poco tiempo más– el polo penitenciario más grande del país, con 1.500 presos en Almafuerte, 1.000 en la cárcel federal y los que sean derivados al complejo Almafuerte II, que en abril será parcialmente habilitado. Estamos construyendo en Tunuyán un complejo penitenciario para que personas de Valle de Uco queden allí alojadas y no sean enviadas al Norte o al Sur”, destacó Orellana.

Reinserción

En relación a las acciones que lleva adelante el SPM para reinsertar socialmente a los internos, Orellana subrayó que “los ejes claves en nuestra actividad son la educación y el trabajo. Es alta la cantidad de internos que acceden a nuestros programas y por eso hemos invertido en nuevos espacios y más talleres educativos. En San Rafael el número es aceptable e incluso tenemos internos de aquí que han cursado estudios universitarios en el complejo Boulogne Sur Mer de Mendoza. Ahora aspiramos a interactuar con la oferta laboral de la zona”.

Balance

Orellana hizo un balance del año 2018 y consideró que “en materia penitenciaria hemos crecido dentro de los parámetros que esperábamos. El 6,7% de aumento de población. Hemos tenido baja cantidad de episodios de inseguridad. El más fuerte ha sido la fuga de Boulogne Sur Mer. Un solo muerto en ocasión de homicidio, el más bajo de Argentina, teniendo en cuenta que Mendoza es la cuarta provincia en importancia.

Fuente: Diario San Rafael.

A.C.