Entre junio y julio, en todos los oasis de la Provincia, profesionales del organismo trabajaron en las 890 perforaciones de agua subterránea. En las cuencas de los ríos Atuel y Diamante hay 244 perforaciones, siendo las que mayor cantidad presentan.

De acuerdo a lo enunciado en la Ley 4036, artículo 3, el Departamento General de Irrigación (DGI) debe inventariar y evaluar en forma permanente los recursos hídricos subterráneos, tanto cuantitativamente como cualitativamente y practicar anualmente el balance hidrológico de las cuencas superficiales y subterráneas.

Para esto, el DGI cuenta con redes de monitoreo de pozos que miden las variaciones en cantidad, a través del seguimiento y análisis de las fluctuaciones de niveles piezométricos, y en calidad, a través de mediciones de conductividad eléctrica especifica (CEE) in situ o de análisis químicos de laboratorio, de los distintos acuíferos de la cuenca.

Es así que el DGI, a través de la Subdirección de Aguas Subterráneas y las Subdelegaciones lleva a cabo campañas anuales de monitoreo del agua subterránea de las cuencas en las distintas redes.

Esta información es esencial para el entendimiento, seguimiento y control sobre el acuífero. Permite obtener la piezometría del mismo, determinando direcciones de flujos subterráneos, gradientes hidráulicos en las distintas subzonas dentro de la cuenca, la profundidad del agua subterránea y estimar variaciones de almacenamiento, entre otros aspectos.

La red de cantidad está formada por 890 perforaciones, seleccionadas de acuerdo a criterios representativos de los distintos niveles acuíferos presentes en las cuencas de la Provincia.

La cantidad de perforaciones que integran la red de monitoreo en cada cuenca es la siguiente:

  • Ríos Atuel y Diamante: 244 perforaciones
  • Río Mendoza – Margen Derecha, Subcuenca El Carrizal: 61 perforaciones
  • Río Mendoza – Margen Izquierda: 209 perforaciones
  • Río Tunuyán Superior: 177 perforaciones
  • Río Tunuyán Inferior: 199 perforaciones

Desde 1972 se registra la variación de los niveles estáticos de las cuencas, tarea que fue ejecutada por los profesionales del Instituto Nacional del Agua hasta 2015, cuando el Departamento General de Irrigación se hizo cargo de la tarea.

A.C.