El juez de Garantías Pablo Peñasco decidió mantener la prisión sobre Julieta Silva y la acusación de homicidio calificado que había impuesto la fiscalía previamente.

De este modo, Julieta Silva continuará detenida en la Penitenciaría hasta la que se realice la audiencia de apelación que ya planteó la defensa en forma oral ante el magistrado.

En su decisión el magistrado consideró el riesgo de fuga como elemento para no otorgarle la libertad porque la carátula de la causa arriesga la prisión perpetua y además utilizó algunos rasgos del informe de la pericia psicológica para argumentar su decisión.

Silva está imputada de homicidio calificado por el vínculo y la alevosía en concurso ideal por la muerte de Genaro Fortunato, su novio, a quien atropelló el 9 de septiembre a la salida del bar La Mona.

El juez tomó la decisión luego de escuchar la acusación de la fiscal Andrea Rossi, al abogado de la querella Tíndaro Fernández y a la defensora oficial Florencia Garciarena en una audiencia que duró más de 3 horas y que tuvo un condimento especial porque era la primera vez después del crimen que los padres de Genaro veían cara a cara a Julieta.

La mujer de 29 años y madre de dos niños de 4 y 10 años entró llorando a la sala de debate y repitió el llanto durante casi toda la audiencia. Se la vio demacrada y solo su papá la acompañó.

La primera en tomar la palabra fue la fiscal Rossi que acusó a Julieta de haber arrollado de manera intencional a su ex pareja. En su exposición señaló que «no hubo una pelea con una tercera persona en el bar sino una fuerte discusión entre ambos que siguió fuera del boliche».

La representante del Ministerio Público Fiscal sostuvo la carátula inicial y mencionó que «está probado el vínculo de pareja y que Genaro estaba indefenso cuando fue arrollado».

Argumentó su acusación en base a los testimonios de los tres testigos que declararon en la causa, las pericias psiquiátricas y oftalmológicas. Sostuvo que «la imputada no mostró angustia y solo lloró en la indagatoria cuando le hice saber que iba a quedar presa».

La pericia psiquiátrica es contundente y fue firmada por 5 peritos incluso el de parte ofrecido por la defensa. En ese escrito se señala que «Julieta carece de frenos inhibitorios, que tiene rasgos violentos en su personalidad, que es una persona peligrosa para ella misma y para el resto y además que es una persona psicópata».

La oftalmológica tampoco es benigna para Julieta ya que el perito señala que «sufre astigmatismo en ambos ojos pero puede visualizar objetos».

En este contexto, complicado para la imputada, el abogado de la querella acompañó el pedido de la fiscal y señaló que «no caben dudas que esto no fue un accidente».

Es que ambos no creyeron en Julieta Silva cuando manifestó no haber visto a Genaro tirado sobre la calle y la teoría de que pisó un pozo y por eso frenó.

De acuerdo a la mecánica del accidente y al relato de los testigos, después de la discusión en el bar hubo una segunda cuando llegaron al auto de Julieta que estaba estacionado sobre El Chañaral.

Allí, después de 15 minutos de intercambio verbal, Julieta subió al auto y habría bajado la ventanilla. Genaro intentó que Julieta no se fuera hasta que la joven arrancó el auto y hizo marcha atrás y enderezó la marcha hacia el norte de la ciudad. Genaro se colgó de la ventanilla y a los treinta metros cayó producto del cansancio y su estado de ebriedad.

Julieta hizo 150 metros, según consta en el expediente, efectuó un giro en U y encaró hacia la ruta 143, en el camino arrolló a su pareja que murió por aplastamiento de cráneo.

En este contexto, a pesar de la dificultad en la visión, nunca manejó sin anteojos y no tiene antecedentes viales, la fiscal y el abogado querellante no creyeron en la hipótesis de la imputada. Es que Julieta desde el inicio sostuvo que «nunca lo vio».

Después tomó la palabra la abogada defensora que solicitó la eximición de prisión o la domiciliaria y el cambio de carátula a homicidio culposo.

Garciarena mencionó que «no estaba acreeditado el vínculo de pareja para sostener el agravante» y descartó «la alevosía por la falta de visión de su defendida y las condiciones de luminosidad que había en la calle en ese momento».

Además consideró que «su defendida siempre se sometió a derecho y que no existe riesgo de fuga porque esta arraigada a San Rafael y tiene dos hijos con los que desea estar».

Por último hablaron los padres de Genaro. Su papá, con evidentes muestras de dolor, solo se preguntó «por qué estamos acá» y la madre ratificó que «mi hijo me contó que estaba en pareja con Julieta y ella lo venía a buscar a casa».

La respuesta de Julieta fue «perdón a toda la familia de Genaro, esto fue un accidente, voy a pagar por ello pero nunca lo vi, nunca lo ví. Si me condenan que sea por un accidente».

FUENTE: UNOSanRafael