Se cumple un año de aquel llamado colectivo “Ni Una Menos”, que movilizó el 3 de junio del 2015 a miles de mujeres, varones, familias y organizaciones en las calles para pedir por el fin de la violencia hacia las mujeres.

Fue una movilización sin precedentes en cuanto a la lucha por los derechos de las mujeres, en un año marcado por la polarización política, una marea de hombres y mujeres de diversos orígenes, historias e ideas, nos unimos y marchamos juntos a lo largo y ancho de Argentina.

Esa movilización fue un ejemplo de la fuerza de la unidad. Como sociedad nos demostramos la potencia que tiene un grito colectivo que superó cualquier grupo, organización o individualidad.

En un país donde estamos acostumbrados a los gritos espasmódicos, a las reivindicaciones circunstanciales y a una indignación colectiva que pronto se esfuma, #NiUnaMenos hizo historia. Llegó a la agenda pública con cambios concretos, efectivos y duraderos.

Al día siguiente del acto los llamados a la línea nacional 144 crecieron un mil por ciento.

A nivel Nacional se creó la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres y la Corte Suprema avanzó en la confección del Registro de Femicidios de la Justicia argentina.

En Mendoza, se instrumentó el patrocinio jurídico gratuito para las víctimas de violencia machista y se sancionaron leyes presentadas por distintos bloques: la creación de comisarías de la mujer, el reconocimiento de licencia por violencia de género en la administración pública y la creación de un observatorio para el monitoreo, registro y sistematización de datos.

Con el cambio de gobierno en la provincia, en estos primeros seis meses de gestión, y a pesar de la difícil realidad que encontró el Poder Ejecutivo en las cuentas públicas, la temática de género se anotó entre las prioridades.